lunes, 30 de septiembre de 2013

El Funeral del Caracol.

Y mis palabras son lentas,
como el caracol en su marcha,
dejando huellas plateadas

¿Emite algún sonido el caracol?

Muestra  su paso con un rastro blanquecino,
casi transparente,
espeso,
pegajoso,
anudado en palabras que no se dicen

un camino
de estela rota,
un grito apagado,
un sendero,
una ruta,
una seca huella

¿Emite algún sonido el caracol?

Agoniza en silencio,
y muere sin luz y a la sombra,
en la oscuridad abrasadora,

¿Emite algún sonido el caracol?

Arropado en su interior
acogido por la nada,
sin que nadie lo sepa,
simplemente espera,

Ya no saca sus cuernos al sol

y la muerte
dulcemente llega

Pero...¿Emite algún sonido el caracol?
¿Se le puede oír...?
¿Lo has escuchado alguna vez?

Pat.mm

El Caracol. Enrique Mochales Mijan

El caracol Charly
El padre huele a barba recién afeitada y after shave
mientras pasa páginas del periódico como si ya las hubiese leído.
la madre huele a un perfume azucarado o a laca
y esencia cara, se nota, de vainilla y eneldo,
y deja sus pisadas de charol por el pasillo.

Caracol, saca tus cuernos al sol, canta la hija ,
mientras espera al caracol armada con un par de tijeras.

"Atención con los vecinos", dice el padre:
"Tienen un aspecto raro", puntualiza la madre,
El padre se va a trabajar,
"Ten cuidado con la carretera", dice la madre,
"Yo no he estropeado la carretera nunca,
Jamás he roto ninguna carretera."

"¿Verdad que no?", le dice al hijo, "Bueno
a excepción de esa autopista, ¿Te acuerdas papá?".
El padre le golpea la cabeza al hijo.
"En la cabeza no, que está estudiando",
dice la madre.

La hermana prorrumpe en un ataque de risa.
"Este es un caracol mucho más listo que yo,
mete los cuernos a la velocidad del rayo"
y añade: "le llamaré Charly".

Luego coge una caja de zapatos, la agujerea,
mete lechuga dentro
y saca la improvisada y nueva vivienda de Charly
a la terraza.

Un mes más tarde la hija se acuerda de Charly.
Abre la caja pero sólo hay
una concha de caracol vacía
con una telilla  de baba seca
que impide el paso
a la casa del gasterópodo ausente.

Charly se ha ido de vacaciones, mamá,
dice.

Charly se ha muerto, cariño –responde
la madre- pero siempre podrás atrapar
una boa que se ha comido a un elefante.

“Eso es un cuento
que me leyeron en el cole”, dice la hija, inundada en un mar de lágrimas.
El funeral de Charly es breve, pero sorprendentemente sentido:
antes de tirar de la bomba, la hija dice:

“Buen viaje, Charly”.

Enrique Mochales Mijan. El funeral de Charly.

8 comentarios:

  1. ME ENCANTÓ TU POESÍA...ALTAMENTE EMOTIVA, DESGARRADA, LATENTE DE NOSTALGIAS AGUERRIDAS.

    ABRAZO GRANDE, QUERIDA PATT.
    Y BENDICIONES SIEMPRE.

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  2. Sabes, hace tiempo conocí a un gato que se enamoró de un caracol...

    Y te puedo asegurar que, entre ellos, se hablaban...

    Claro que si... Yo lo vi...

    Un abrazo,

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  3. Precioso Antiqua. Tienes que relatarlo.
    Besos

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  4. Me gusta moverme como ellos, lento, para no perderme nada, nunca.
    Aplause querida amiga, me moviste dentro.

    Un besito

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  5. Creo que ronca!! jejeje
    Caraondevás caraondevás que te espera y desespera carambacuantotardas!
    Después de estas chorraditas tengo que decirte que el dolor nunca tiene respuesta, pero un día se va tan sigiloso como el caracol.
    Muxus, neska.

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  6. Un cuento con encanto y dureza. Muy bueno.
    Bss.

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  7. Tu poema, un homenaje póstumo a ese otro caracol que la estupidez humana se dejó morir tras ser condenado a la soledad y al abandono. Y también un homenaje a todos los caracoles del mundo, a esos que piensan que la vida no consiste en correr sino en vivir . Me encantó.

    Un abrazo.

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  8. Cierto es que el caracol no suena, pero va dejando rastro por donde pasa.

    Muy buenos versos!!

    Besos y se feliz!!

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